En la 39ª edición de los Goya, el premio a Mejor Película ha sido, por primera vez en su historia, ex aequo: tanto el equipo de ‘El 47’ como el de ‘La Infiltrada’ se han llevado el gato al agua. A mi juicio, ‘El 47’ es una de las mejores películas españolas de este año y justa merecedora del galardón; ‘La Infiltrada’, no tanto. Pero no significa que lo último de Arantxa Echevarría, sobre la historia real de una policía infiltrada en ETA, esté exento de méritos.
Desde luego, ‘La Infiltrada’ ha sido un taquillazo como pocos: solo superada por la entrega de este año de ‘Padre no hay más que uno’, sus más de 8 millones de recaudación la convierten en la película española más taquillera de la historia dirigida por una mujer. Y además siendo un thriller, que en lo nacional no es siempre un género tan agradecido como sí puede serlo la comedia “blanca”.
Una de las razones de este éxito se encuentra en su directora: Echevarría es una curranta nata capaz de sacar adelante con solvencia encargos (‘La familia perfecta’, ‘Politicamente incorrectos’ ) y sus propias apuestas (‘Carmen y Lola’, ‘Chinas’). La conexión con el público siempre ha estado en mente, pero esta cinta es claramente la confirmación.
Porque ‘La infiltrada’ no se avergüenza en ningún momento de su intención comercial, y eso no afecta a su impecable factura técnica, ni a las interpretaciones de los siempre estupendos Carolina Yuste (probablemente una de las actrices más naturales de nuestro país) y Luis Tosar. Destaca especialmente el manejo por parte de Arantxa de una tensión que nunca llega a desaparecer, sobre todo desde la aparición de cierto personaje.
Por otro lado, se echa de menos una propuesta formal más arriesgada, algunos momentos de clímax quedan a medio gas, y, sobre todo, la construcción del entorno de ella deja la sensación de que podría haber sido mucho más interesante. Todo esto sin entrar en el aspecto maniqueo de la historia (cómo se retrata la cotidianeidad de unos y otros o, incluso, la violencia sexual en unos y en otros), que hubiese agradecido un acercamiento más punzante tratando el tema que trata.
En definitiva, aunque ‘La infiltrada’ deja la sensación de que podría haber sido mucho mejor, son innegables también sus virtudes. Y está claro que el público, que ha ido en masa a verla, las ha visto muy bien.