Seis años desde su último álbum en solitario como Panda Bear (entre medias, ‘Reset’, su colaboración con Sonic Boom), Noah Lennox regresa a su celebrado proyecto con energías renovadas. ‘Siniser Grift’ deja de lado la parte más sesuda de su música, y abraza una claridad sonora que no requiere de ningún esfuerzo para adentrarse en ella. Si los anteriores trabajos del artista -y de su banda Animal Collective- a menudo demandaban varias vueltas para entender y disfrutarlos al completo, este nuevo álbum apuesta por la inmediatez.
Esto se aprecia desde las primeras notas de ‘Praise’, la apertura del álbum, una alegre composición de pop psicodélico, muy en la línea de The Beach Boys. Si bien Lennox ha estado asociado con este sonido desde hace años, en esta ocasión se acerca a él de una manera más orgánica y clásica. Panda Bear y su co-productor y colega de Animal Collective Josh Dibb, otorgan siempre el máximo protagonismo a unas melodías exultantes, aparentemente cargadas de optimismo, pero sin olvidarse de ciertos elementos sombríos que funcionan para bajarlas a tierra.
‘Anywhere But Here’ juega con ese contraste, con una armonía de apariencia relajada que esconde varias cavilaciones existenciales y a la que atraviesa una melancólica línea de bajo. Panda Bear, que vive desde hace años en Lisboa, alterna sus versos con los de su hija Nadja, quien recita los suyos en portugués. La canción versa sobre su divorcio con Fernanda Pereira, la madre de sus dos hijos y con quien llevaba casado 20 años. No es la única del disco que gira en torno a este tema, aunque ‘Sinister Grift’ se niega a ser un álbum conceptual sobre una ruptura.
Lennox no habla tanto de sus experiencias personales de manera directa como solía hacerlo antes, dejando más espacio a la interpretación, con letras que no se permiten ser especialmente reveladoras. En cualquier caso, un par de líneas a veces son suficientes para transmitir ese vacío tras terminar una relación, como en ‘Left In the Cold’ (“Left to grow old / Left in the cold”). La producción más despojada de adornos y abiertamente triste llega en ‘Elegy for Noah Lou’, una bella composición de 6 minutos de cadencia pausada, casi fúnebre, situada en penúltimo puesto en la secuencia.
El artista no quiere acabar así el proyecto, sino con una nota mucho más optimista, más parecido a lo anteriormente mostrado. ‘Defense’, en colaboración con Cindy Lee, tiene un marcado carácter indie-rock con tintes psicodélicos, elevada por unos magníficos solos de guitarra.
Más allá de esos mencionados momentos de mayor oscuridad, Panda Bear propone un álbum muy centrado en la luz, pese a las adversidades. La amalgama de géneros y tonalidades que se manejan en cada canción son innumerables. ’50mg’ y ‘Just As Well’ se inclinan tanto al reggae como al pop psicodélico. La fantástica ‘Ends Meet’ se mueve en una textura similar, aunque mucho más explosiva, sonando tan vintage como actual.
‘Ferry Lady’ coquetea con la electrónica, en una de las producciones más recargadas del proyecto, pero que suena sorprendentemente limpia. La sutil sección de vientos, la resplandeciente melodía y la expresiva voz de Lennox hacen de ella uno de los momentos más bonitos del álbum. A lo largo de sus 10 pistas, ‘Sinister Grift’ fluye con auténtica gracia, encontrando un difícil equilibrio entre la ligereza y la gravedad. Es, indudablemente, el trabajo de un gran músico que hacía tiempo que no brillaba con esta intensidad.