La victoria arrolladora de ‘Anora‘ en los Oscar fue también la de Mikey Madison. Las redes se llenaron de mensajes sobre cómo esto daba la razón a la teoría de ‘La Sustancia‘, al perder Demi Moore el premio frente a una actriz mucho más joven que ella. La gente se olvidaba de tres cosas: 1) no hay que “darle la razón” porque lo de ‘La Sustancia’ no es ninguna teoría sino la realidad, 2) lejos de ser Sue, Madison está genial en ‘Anora’, como lo estuvo en ‘Scream 5’ o en ‘Better Things’ y 3) el desprecio a Moore y a ‘La Sustancia’ en general no es otro que el desprecio que los Oscar siempre han tenido al cine de terror. Pero, tras ver ‘Aún estoy aquí’, aparece una cuarta cosa que añadir: si hay una injusticia en esta categoría, es que el Oscar a Mejor Actriz no haya ido a parar a otra de las nominadas, Fernanda Torres, cuya interpretación bate a la de todas sus compañeras. Incluso, a las nominadas en los Oscar del año pasado.
‘Aún estoy aquí’ supone el regreso a la esfera internacional por todo lo alto de Walter Salles. El director ya había cosechado éxitos en el pasado con ‘Central do Brasil’ o ‘Diarios de motocicleta’, y que aquí se ha alzado por fin con el Oscar a la Mejor Película Extranjera, que le escapó en esas dos ocasiones (el backlash que rodeaba a ‘Emilia Pérez’ probablemente ha influido). La película, que se ha convertido en la cinta brasileña más taquillera desde la pandemia, y la primera de ese país en ganar el Oscar, estaba también nominada a Mejor Película y a Mejor Actriz, siendo esta última nominación absolutamente incontestable.
‘Aún estoy aquí’ nos presenta a una familia en el contexto de la dictadura militar de Brasil (apoyada por EEUU, como se ha encargado de recordar la propia Fernanda Torres en la promo), contándonos la historia real de la familia Paiva, y centrándose en Eunice Paiva, la esposa del político Rubens Paiva. Lo hace, además, adaptando el libro homónimo que escribió el pequeño de la familia, Marcelo, a través de un guión de Murilo Hauser y Heitor Lorega, y con una banda sonora de la que obviamente tenemos que hablar: suenan por aquí Os Mutantes, Cesária Évora, Caetano Veloso, Roberto Carlos o Gal Costa, e incluso la mítica ‘Je t’aime moi non plus’ de Serge Gainsbourg y Jane Birkin.
La película tiene un pulso sobrio que, aunque en ocasiones se acerca demasiado al BiopicHistóricoTM, consigue entidad propia en algún que otro pasaje memorable como el de la desaparición. Pese a que flojea en un final un tanto reiterativo, logra que no nos importe al contar con cierta (tremenda) baza. Y es que, en lugar de recurrir a la caracterización para envejecer a su protagonista, reaparece a sus 95 años Fernanda Montenegro (considerada la gran dama de la interpretación de Brasil, y nominada al Oscar junto a Meryl Streep o Cate Blanchett en 1998) para interpretar a Eunice en su última etapa. Doblemente especial esto, porque Montenegro es la madre de Torres.
Y volvemos a Torres, porque todos los caminos conducen a ella al hablar de ‘Aún estoy aquí’: es el alma de la película, lo mejor con muchísima diferencia, y entrega una interpretación que podría haber tirado por lo “oscarizable” en sentido peyorativo, y que es todo lo contrario. Torres es visceral cuando tiene que serlo, pero esto funciona aún mejor porque lo que domina el metraje es la sutileza a la hora de expresar sus emociones, especialmente en cierta escena del bar que pone los pelos de punta, y que es quizás lo mejor visto este año. La actriz considera que la película no habla sobre el pasado, sino también sobre la actualidad: “estamos llenos de miedo y de ira, y divididos, y la idea de un estado violento que ponga orden en el desastre moderno es tentadora… pero debemos resistir”. Tiene razón y, por si lo racional no basta para entenderlo, el viaje de su personaje en ‘Aún estoy aquí’ consigue transmitir al público este peligro… y también la valentía y la esperanza.