2021 fue un año importante para Michelle Zauner. ‘Crying in H Mart’, su conmovedor libro autobiográfico sobre la muerte de su madre, recibió excelentes críticas y se convirtió en un best seller; publicó la música para el videojuego ‘Sable’; y ‘Jubilee’, su tercer disco con su banda Japanese Breakfast, la llevó a conseguir varias nominaciones a los Grammy. Aquel álbum tenía un propósito disruptivo en la discografía de la artista, que tras dos trabajos que reflexionaban sobre el duelo, ofrecía un sonido explosivo centrado en la alegría.
Cuatro años más tarde, Zauner ha tenido que hacer frente a ese éxito que la llevó a girar por medio mundo y a actuar en programas como Saturday Night Live o el show de Jimmy Fallon. Con todo ello, vino un periodo complicado de introspección y de pausa. La artista se marchó a Corea durante un año, para escapar del estrés, aprender mejor el idioma, empaparse de la cultura de sus raíces (su madre era coreana) y escribir un nuevo libro. Dentro de este proceso, surgió ‘For Melancholy Brunettes (& sad women)’, un trabajo que en lugar de seguir surfeando la ola indie pop de ‘Jubilee’, ofrece un espacio lúgubre y meditativo donde las guitarras vuelven a cobrar el protagonismo de sus dos primeros discos.
Para conseguir este sonido melancólico, Japanese Breakfast se acercó a Blake Mills, cantautor y productor de Perfume Genius y Fiona Apple, para que produjera el álbum. Una elección muy acertada teniendo en cuenta la deslumbrante belleza instrumental conseguida desde la primera hasta la última pista. La delicada voz de Zauner se acomoda en estas composiciones con fuerza, sirviendo de narradora excepcional para esta serie de viñetas sobre situaciones sentimentales amargas. La tristeza es el denominador común de todas las canciones, pero no es desgarrada, sino más bien un sentimiento asimilado que acompaña a los personajes.
En la hipnótica ‘Here Is Someone’, Zauner quiere huir de la frenética vida que siempre ansió con tener, pero a la vez no quiere decepcionar a sus seguidores. Pese al anhelo por días más sencillos, el órgano y los sintetizadores espaciales otorgan una sensación onírica y esperanzadora. En el chamber pop de ‘Orlando In Love’, la cantante se inspira en ‘Orlando innamorato’, el poema inacabado de Matteo Maria Boiardo, para contar la historia de un hombre que es seducido por una sirena hasta terminar ahogado. Esto es un tema recurrente a lo largo de todo el disco: las consecuencias de los errores de los hombres.
En el shoegaze de ‘Honey Water’, una de las canciones más espectaculares que ha firmado Japanese Breakfast, la narradora se pregunta por qué su pareja no puede serle fiel. Ella aguanta en la relación por pura cobardía mientras ve como él vuelve a hacerle daño una y otra vez. Finalmente, la abandona: “In rapturous sweet temptation, you wade in past the edge and sink in/ Insatiable for a nectar, drinking ‘til your heart expires [En un arrebato de tentación dulce, cruzas el borde y te hundes/ insaciable de néctar, bebiendo hasta que tu corazón caduque”]. En ‘Mega Circuit’, Zauner retrata la violencia intrínseca a la educación patriarcal que convierte a muchos hombres en “eunucos incels” y a las mujeres en simples objetos de deseo. Mientras, ‘Men In Bars’, un improbable pero fantástico dueto country con Jeff Bridges, narra una relación que se ha roto.
‘Little Girl’ y ‘Leda’ son dos de los cortes que revelan más abiertamente las experiencias personales de Zauner. Ambas baladas tratan sobre la complicada relación con su padre a partir de que su madre muriera y él se mudara a Tailandia y empezara una relación con una mujer más joven. La primera está narrada desde su perspectiva, ansiando saber algo de su hija, arrepentido por sus errores. La segunda está basada en una llamada de teléfono tras mucho tiempo sin hablar, marcada por la desconfianza, pero también por una profunda intensidad emocional y la esperanza de reestablecer el vínculo.
Inspirada en la dinámica con su marido, ‘Picture Window’, un potentísimo número indie-rock con un estribillo perfecto, versa sobre la ansiedad constante de perder a seres queridos. Zauner muestra, con cierto humor, su frustración al ver que su pareja no se preocupa por una muerte inminente como ella lo hace (“Do you not conceive my death at every minute / while your life just passes you by? [¿No concibes mi muerte a cada minuto / mientras la vida te pasa por delante?]”). La artista defiende sus preocupaciones en el estribillo, ya que ha experimentado la muerte de cerca: “All my ghosts are real [Todos mis fantasmas son reales]”.
En ‘For Melancholy Brunettes (& sad women), Japanese Breakfast construye un universo literario y musicalmente rico, con pasajes de guitarra y piano emocionantes, mandolina, órgano y percusión de gamelán. El álbum entero se erige como un sólido tratado sobre la melancolía, sobre aceptar la tristeza como una parte inevitable de la experiencia humana.