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YUNGBLUD / Idols

Lo mejor: 'Hello Heaven, Hello', 'Zombie', 'Lovesick Lullaby', 'Idols Pt. 1', 'Change', 'Ghosts'
Te gustará si: eres emo pero estás cambiando
Escúchalo: Youtube

YUNGBLUD es una de las estrellas comerciales juveniles actuales de Reino Unido. Sus vulnerables letras, desgarrada voz, origen regional (no es la típica exportación de Londres, él viene de Doncaster) y versatilidad estilística (ha evolucionado del hip-hop en ‘Parents’ al pop ochentero en ‘Mad’ a su estilo emo actual) le han convertido en un nombre muy querido en las islas por una generación de adolescentes y oyentes jóvenes, aunque aún no masivo.

‘Idols’, el cuarto álbum de YUNGBLUD, es el más ambicioso de su carrera y, según Dominic Harrison, el disco que «siempre había querido hacer». Harrison alega que, en el pasado, no ha tenido tiempo de sentarse a escribir su disco soñado, y ‘Idols’ se ha escrito sin prisa pero sin pausa a lo largo de cuatro años en Leeds, cerca de donde YUNGBLUD se crio, acorde con su personal contenido.

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La ambición de ‘Idols’ se percibe en algunos de sus cortes individuales. ‘Hello Heaven, Hello’, la pista inicial, es una odisea de 9 minutos a través de las influencias principales del disco -el britpop y el glam rock- que sale airosa de su duración, al contrario que tantos ejercicios similares. Un «viaje de autorreclamación: una despedida del pasado y un hola al futuro», puede ser la mejor canción de su carrera.

Ciertas ideas musicales van construyendo una obra puntualmente sorprendente y arriesgada que prioriza el «world-building» por encima de la fórmula y el single fácil. ‘Lovesick Lullaby’, sobre una relación insana, contiene un universo de rock mutante dentro de sus casi tres minutos de duración. ‘Ghosts’, otra de las mejores pistas, deslumbra con un arreglo de cuerdas casi bollywoodiense. Y otro aspecto destacable de ‘Idols’ son precisamente sus arreglos orquestales, espectaculares también en ‘Idols Pt. 2’ y, sobre todo, en la glam ‘Change’.

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Pero, aunque YUNGBLUD ha dicho que ‘Idols’ es un «proyecto sin limitaciones», algunas limitaciones son evidentes. En primer lugar, las letras, que hablan de amor, sueños y ambiciones, aunque también de guerra y sexo, siguen apegadas a un sentir adolescente. Algunas imágenes («Flying through the obstacles of emancipated dreams, Living like idols, just you and me») se esfuerzan en ser evocadoras, pero otras se sumergen en la más básica filosofía («What’s a life without mеaning if there’s a meaning at all?») o caen en las típicas proclamas antibélicas («Sing your war song / We’ll fight for a peaceful life»).

Nadie exige a YUNGBLUD que sea Patti Smith en su papel de letrista, pero, como mínimo, ‘Idols’ podría recordar menos a los «ídolos» de Harrison, que evidentemente son muchos y diversos. YUNGBLUD ha contado que el concepto de ‘Idols’ «no es rendir homenaje a sus ídolos, sino distanciarse de ellos», en reflejo de la manera en que perdemos la ilusión de soñar y de ser auténticamente nosotros mismos cuando nos hacemos adultos y lo «racionalizamos todo»; pero en ‘Idols’ la identidad musical de YUNGBLUD sigue arraigada en esa admiración.

‘Idols Pt. 1’, en verdad la intro original del álbum (‘Hello Heaven, Hello’ fue la última canción en escribirse), es una digna recreación del sonido de U2, como ‘Zombie’ lo es del pop-rock sentimental a lo Coldplay. ‘The Greatest Parade’ es una furiosa composición con aires -o vientos- a Placebo, aunque el título sugiere también una razonable influencia de My Chemical Romance. A lo largo del disco, los ecos britpop y glam dejan muy evidentes referencias a Oasis (‘Lovesick Lullaby’) o, por supuesto, a David Bowie, al que remite la pista final, ‘Supermoon’, que retrata a YUNGBLUD asimilando su estrellato: «No eres más que una profecía autocumplida, el producto de tu propia tentación».

Pero la comparación con Bowie pone en perspectiva que la propuesta de ‘Idols’ no es revolucionaria, sino abiertamente nostálgica. Y se termina desinflando en pistas menos sustanciales como ‘Fire’ o ‘War’. Sin embargo, a pesar de su deuda al rock del pasado, ‘Idols’ sí se parece mucho a ese disco megaambicioso y profundo que YUNGBLUD concibió en su cabeza hace cuatro años. Solo por la manera en que se cuida el «world-building» en el disco a través de estructuras, instrumentaciones y duraciones, YUNGBLUD sí nos convence de que ha entregado una obra arriesgada, tanto o más que su pista inicial.

<b>Lo mejor</b>: 'Hello Heaven, Hello', 'Zombie', 'Lovesick Lullaby', 'Idols Pt. 1', 'Change', 'Ghosts'<br> <b>Te gustará si</b>: eres emo pero estás cambiando <br> <b>Escúchalo</b>: <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Yv97b2oPk3w">Youtube</a><br>YUNGBLUD / Idols