Música

Que alguien nomine al jurado de Operación Triunfo 2025

La Gala 1 de Operación Triunfo 2025 arrancó con problemas de sonido (ciertos micrófonos, como el de Guille Toledano, simplemente no funcionaron) y una versión grupal de ‘Yo quiero bailar’ de Sonia y Selena excesivamente interpretada, como si fuera una actuación de Broadway. Así funcionan los talent musicales televisivos: nada que objetar, pero la canción no es eso. Chenoa, que hizo un chiste sobre su amor por los chándal, volvió a ser una presentadora más que solvente.

Los 16 concursantes cantaron un dueto cada uno con otro, y todas las interpretaciones supieron a inicio de semestre. Bueno, no todas: Guillo Rist se nota que tiene tablas, es el artista más completo, el que mejor canta y baila, y no por nada Cristina fue elegida favorita del público: cautivó con mirada y voz pareciendo la integrante perdida de BLACKPINK… o de KATSEYE.


Cristina, inicialmente, se disputó el título de favorita de la semana contra Guille Toledano y Judith (que después fue nominada), y ganó con el 18% de los votos. La nominación de Judith parecía incompatible con su candidatura a mejor de la semana, pero parece que jurado y público difirieron en este caso. Guille, que apunta a ídolo adolescente, merecía también ser el preferido y lo será en un futuro.

Muchas actuaciones estuvieron marcadas por desajustes vocales (‘Canijo’ con Téyou y María Cruz era difícil en tanto exigía coreografía constante) o entradas a destiempo (‘Mariposas’, por cierto, una composición de Carlos Ares; ‘We Don’t Talk Anymore’). Iván hizo lo que pudo en ‘I Like the Way You Kiss Me’, pero no fue suficiente. Sin embargo, ‘La danza de las libélulas’ con Lucía Casani y Carlos quedó, por decir una palabra recurrente del jurado, «bonita».


Bailar y cantar a la vez exige entreno constante, por eso ‘Carita triste’ fue una de las peores de la noche. Sus dos intérpretes, Claudia y Judith, fueron nominadas, y solo Judith fue salvada por el profesorado. El alumnado, por su parte, rescató a Max, el candidato más injusto de la velada, ya que es uno de los pocos participantes que tienen «algo más» que una buena voz. Claudia e Iván finalmente se enfrentarán a la expulsión el próximo lunes.

Volviendo al jurado, sus valoraciones fueron un compendio de clichés y expresiones vacías que merecerían ser juzgadas aparte. ¿Cuántas veces se puede decir que un cantante lleva la canción «a su terreno», o que tiene o no «personalidad», o que se ha notado o no «cómodo», o que ha «desconectado» o no de la pieza? En algún momento de las 15 repeticiones, estas frases dejan de tener sentido. Igualmente, decir que una voz es «bonita» tampoco es exactamente una crítica.

Leire y Abraham convencieron más que Milkyway y Cris; Leire, con su inteligencia emocional, sabe ser asertiva (la mejor cualidad de todas). Abraham, por su parte, probablemente debido a su aparente desentreno en este tipo de concursos, puede cuestionar la inteligencia (musical, se entiende) de todo el alumnado y quedarse tan ancho. Pero sus palabras aportan frescura a una mesa de jurado que depende demasiado de frases enlatadas que no dicen realmente nada. Seguro que en las sucesivas galas, como los concursantes, mejoran.

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Publicado por
Jordi Bardají