Álex de la Iglesia firma una cinta que recupera el humor salvaje de sus primeros trabajos pero adolece de los errores de ritmo de sus últimas películas.
Daniel Sánchez Arévalo mantiene sus aciertos y errores en una comedia con mucho sentimiento que, a falta de ver 'Caníbal', se postula como la mejor opción para representar a España en los Oscar.