A ver, que parece que estéis hablando de heroína.
La dependencia física del tábaco es una mariconada. NI SIQUIERA TE DESPIERTA POR LAS NOCHES. El problema es la ansiedad que nos creamos y la multitud de gestos que hemos asociado a fumar. Desde el cigarro del café, al de esperar el bus, el de tomar la copa, el de echar unas risas con los amigos, y todos los que completan el paquete diario. Cuando lo dejas, se te pone un humor de perros, pero con las mismas, sales a correr, a jugar al tenis, a ver una película en el cine, a comerte un cimbrel o limpiar la casa obsesivamente. Cambias los hábitos si es necesario, reaprendes: sustituyes el café por infusiones, dejas de beber copas un tiempo, quedas con amigos que no fumen... y en tres meses, listo.