En el pueblo de mi madre el 31 de octubre por la tarde-noche se hacia una especie de celebración con toda la familia en la que se preparaban los ramos de flores para llevar el día de difuntos y mi abuela decía que esa noche era de meigas, mi tío esa semana destilaba aguardiente y solíamos hacer queimada esa noche. Era todo muy de haloween sin ser nada de eso... Aunque dejó de celebrarse siendo yo niño.