Se me ha pasado un poco el flamerismo, pero sólo un poco.
Me encargan que escriba las tarjetas de felicitación en inglés para nuestros clientes.
Me busco un texto sencillito y simpático, lo leo y lo enseño.
Una compañera que no tiene mucho trabajo se ofrece a echarme una mano, y le digo que vaya escribiendo las españolas (tenía un texto a copiar de una tarjeta que hemos recibido).
Como yo me he tenido que ir a ayudar a otro compañero con otro lío que teníamos, ni corta ni perezosa ha escrito también todas las tarjetas en inglés, pero ha pasado mil del texto que yo había preparado.
Ahora le estamos deseando unas grandes alucinaciones a todos nuestros proveedores extranjeros. Y con su falta de ortografía y todo.
Qué bien.