Y mira que me dicen que huelo a naftalina
Pero no hay forma
Mi traje azulón está más apolillado que la túnica de la Misiego
Mis pelucas enlacadas están enlazadas unas a otras y ya no tengo que ponerme. Menos mal que la temporada de piñas ha empezado y en la frutería del supermercado las tengo de todos los tamaños
Mi eternal flamer está dedicado a la antiferia de Sevilla. Aprovechando mi huida centroeuropeda pasase yo por el Real más irreal y oldfashioned que he visto. Demasiado encorsetado todo y, salvo en una caseta que tuve cuelo, vaya aburrición todo
Ya escribí en mi agenda de cosas a no repetir el no volver (y lo siento por mis amigas béticas)