Sinceramente, cuando hay motivaciones identitarias de por medio, las razones casi son lo de menos. Y no niego que exista todo lo demás (electoralismo, intereses económicos, etc.), pero hay algo más confuso y complejo que es el "sentimiento".
Esa conjugación de factores tiene un equilibrio que se ha ido rompiendo hacia uno u otro lado a lo largo de la historia y mucho me temo, que como dice @caine, la postura del actual gobierno no hace sino descompensar más el ya de por sí deficiente equilibrio. Lo cual le encanta a los más radicales de ambos lados, por supuesto.