No he visto nunca la peli clásica, pero la imagen de Sylvia Kristel en topless con su collar de perlas en el sillón de mimbre es una de las más icónicas del putifinismo de ahora y siempre. De sobra es conocido el fenómeno social que supuso en una época en la que no había el acceso al sexo explícito que hay ahora, y la patulea de secuelas, recuelas, reboots y spin offs que provocó, tipo " Emmanuelle negra" o "Emmanuelle reina de la galaxia" aka "Emmanuelle en el espacio" (esta es la única que vi y puedo afirmar que contenía platillos volantes, alienígenas y encuentros en la tercera fase y en algunas fases más). ¿Qué sentido tiene hacer una nueva versión de Emmanuelle en 2024? Uno, dar una bofetada al puritanismo actual en el cine contando la historia de una mujer con una vida sexual sin tabúes (sin embargo no acaba de cumplirlo; la peli tiene menos sexo que cualquier capítulo de una serie random de HBO, y en tiempos de Tinder y Grindr las hazañas sexuales de esta Emmanuelle no pasan de anecdotillas); y dos y más importante, releer en clave feminista el personaje, huyendo del objeto al servicio del deseo masculino pajillero y del male gaze de las pelis clásicas (quien busque ponerse cachondo viendo Emmanuelle lo lleva claro). La directora habla aquí de cómo el patriarcado enfrenta a las mujeres, del sistema que las deshumaniza y las obliga a comportarse como tiburones, de la insatisfacción de la vida moderna y cómo llenamos el vacío con sexo impersonal y mecánico. El viaje de Emmanuelle será el de enfrentar esa realidad y comenzar a disfrutar de la vida y del sexo. Sobre el papel el mensaje está OK, lo malo es que se traduce en dos horas de sopor con Emmanuelle encerrada en espacios elegantones y asépticos poniendo cara de seta (la mayor parte de la película transcurre en un hotel de lujo en Hong Kong, como un Lost in Translation plomizo), con nula tensión o erotismo, diálogos poco naturales, secundarios que aportan poco (¿hola, Vecna?) y un pálido amago de misterio bastante decepcionante, como si te prometieran la orgía de Eyes Wide Shut y al abrir la puerta te encontraras un restaurante chino en noche de bingo. Sinceramente, solo salvo de la quema a Naomi Watts.