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Pues una gran película en todos los aspectos. Adrien Brody merece todos los premios y Brady Corbet demuestra ser un director con visión y ambición, decidido a hacer un tipo de cine a contracorriente, como de otra época (en los últimos años lo más parecido sería el Paul Thomas Anderson de Pozos de ambición o El hilo invisible). Es una historia sobre el sueño americano y su precio, entre otros temas, con dos partes separadas por un intermedio; la segunda de un tono algo más oscuro y crispado, con ciertas choices que podrán desconcertar al público casual e incluso algún almodovarismo en el casting en torno al personaje de la sobrina (que por cierto tiene la misma cara de Elijah Wood y no podía pensar en otra cosa cada vez que salía en pantalla). Creo que es muy estimulante desde un punto de vista intelectual y estético, pero no es una peli fácil ni amable (y dura 215 minutos) por lo que quizá le falta un punch emocional para que los académicos la voten en masa. Me cuesta verla como una opción real para ganar los Oscars, aunque si finalmente lo hace, no seré yo quien se queje.