Me han ofrecido ir a una entrevista de trabajo para un puesto en el que sé que voy a liarla (en el supuesto de que me cojan). Es todo en inglés, lo cual es bien, pero incluye contabilidad y números malditos, lo cual es invocar al diablo. Y encima me lo ha ofrecido un tío que va detrás mía desde hace mil años y, de repente, se ha acordado de mí (esta es la parte del miedo).