El principal problema del estado español, que se repite, legislatura tras legislatura y a lo largo de siglos, es , ha sido y sera el hecho que consideran el dialogo y el pactismo como una debilidad.
Los catalanes, si somos algo antes que tozudos y tocacojones es que somos absolutamente pacificos, pactistas y sobretodo fenicios, comerciantes, nos vendemos por poco. Pero la paciencia y la esperanza tienen un limite.
Y no son los politicos los que acarrean el clamor social en catalunya. Son las asociaciones culturales, la pequeña burguesia, los comerciantes, las redes sociales. Esta gente que no hace ruido, que trabaja, que mantiene a sus familias, que se esta al margen de la politica parlamentaria pero que va creando incesantemente un caldo de cultivo, una entramado social que no se deja ver hasta que el caldo esta arriba, el agua hierve y dice: BASTA. Y entonces es cuando, aquellos que pensaban que eran 4 extremistas, soñadores e ilusios se dan cuenta que, como porarte de magia, tienen delante de sus narices la segunda ciudad de España, familias, medicos, abogados, gente de todo tipo rugiendo un grito unanime: NO QUEREMOS SER NI VUESTROS NI VOSOTROS.