Y claro que hay autocrítica, la gente se está reciclando como puede y está comprendiendo que ése no es el camino, pero repito, esa nueva ley no arregla nada, más bien abre la puerta a que se siga generando mala edificación, porque eso no sé ya si se podrá llamar arquitectura.
La calidad de la obra que se ha ido construyendo los últimos años depende también mucho de decisiones políticas y económicas. Si se pone una suma de dinero encima de la mesa alguien va a acabar cogiéndolo, pero eso no representa al grueso del gremio en absoluto, otra cosa es que ésos son los que suenan y no los que tienen estudios pequeños y se dedican a hacer su trabajo decentemente.