Uno de los capítulos que me puso la piel de gallina fue el que trataba sobre los primeros viajes espaciales realizados en los 60 y sobre aquellos dos hermanos italianos que con su radio interceptaban los mensajes y conversaciones que se enviaban desde los centros de seguimiento espaciales rusos y las naves que ponían en órbita.
En uno de ellos se escucha a una mujer, diciendo que se está quemando, que la nave cada vez se calienta más, que va a volver a entrar en la atmósfera. Está un rato gritando y se pierde al señal.
Supuestamente se trata de uno de los primeros viajes espaciales tripulados llevados a cabo por la agencia rusa y su modo de actuar era el siguiente, enviaban a gente al espacio y si salía mal no decían nada para no dañar su imagen. Se dice que antes de Yuri Gagarin unos cuantos hombres y mujeres murieron tratando de realizar la azaña que el astronauta ruso realizó el 12 de abril de 1961.