En Arabia Saudí se ve que te regalan una descarga de la canción y una chupadita con cada rezo, que se ve que últimamente la fe estaba un poco de capa caída y necesitaban fomentar el salat.
Ya hay uno, Abdelrrahim Al-Bukhari, que no ha salido de la mezquita en 2 semanas. No le gusta la canción.