Desde donde recuerdo el sueño me mudaba a vivir a la casa de la sierra de mis padres, desde donde tenía que ir a trabajar y todo caminando por una cuneta durante media hora hasta la estación y luego coger un tren del rollo del de I’ve seen in all de Dancer in the Dark, que en realidad no paraba y me tenía que subir en marcha y luego ir saltando de vagón en vagón.
Bueno, pues este día me iba a una cena carísima de despedida de soltero con mis amigos pijos del cole. Nos poníamos hasta las patas de comer cosas muy ricas pero siempre con forma de ojos o similar, y la cuenta nos salía como a 300 euros por cabeza que no me parecía bien y me ponía a quejarme diciendo que habíamos pedido mucho. A todo esto, la cena de despedida de soltero luego resultaba que era de Nochevieja y estábamos en un sitio rollo Howgarts, en mesas redondas con todo antiguos alumnos randoms de mi cole muy bien vestidos y yo con un chándal mugriento porque por alguna razón yo había decidido que tenía mucha personalidad y que pasaba de arreglarme. Mis padres también estaban por ahí, sentados en otra mesa. Y en la mía tenía sentado a un lado a Paco Umbral y al otro a Lorenzo Milá, aunque el resto de la mesa eran compañeros de cole.
Acabada la cena me voy con una amiga y otra chica random de mi niñez a ponernos una raya al baño, que resulta que era una estancia vacía de paredes ajedrezadas de gravedad cero lo que nos complicaba bastante el tema porque estábamos flotando y eso, y mientras la hacían pues comentábamos que qué íbamos a hacer luego y ellas me decían que se iban para Londres después de tomarse una copilla, y yo decía que vale, que yo también, que me apuntaba.
Total, que de ahí al aeropuerto en chándal, con lo puesto. Yo no tenía ni zorra de lo que iba a hacer porque éstas se iban por su cuenta, pero ya me las apañaría. Cuando llego a Londres me empiezo a agobiar un poco porque no sé ni dónde voy a dormir, no tengo ropa, ni dinero ni nada. Llamo a @Farala que me suena que estaba en Londres por curro ese día y me dice que sí, que ahí está con @claudiopiscu, pero que están ya en el aeropuerto porque se vuelven ya, que llame a @Elena (la de las recetas) y a Nuria (otra amiga) que están por ahí en unos bungalows tropicales (los típicos de Londres, vamos).
Total, que voy a los bungalows, pasan de mí totalmente y se me ocurre llamar a Mark (un amor de juventud 15 años mayor que yo que vive en Londres con el que sigo tratando con cierta regularidad). En ese momento el sueño cambia de punto de vista y ya no se enfoca en mí sino en Mark hablando conmigo por teléfono. Va en un coche con chófer, de smoking en plan James Bond y cuando cuelga conmigo el chófer le pregunta que quién era. Mark le contesta que le diga “la palabra clave” y el otro se pone nervioso y le sale por la tangente porque no se la sabe. Entonces Mark se baja del coche en marcha y el otro frena y va a por él y se ponen a luchar en plan Tigre y Dragón. Luchan un rato y de repente Mark saca una katana y le corta la cabeza al fulano este, que justo cae en una trampilla de una especie de altar (o como los puntos limpios esos que hay en las ciudades). En la trampilla pone INDIANO, y se ve que a la izquierda, otra trampilla que pone ZULÚ ya está activada (contiene una cabeza zulú, se entiende) y a la derecha hay otra que pone MANDARÍN que está sin activar, por lo que supongo que a Mark le faltaba la cabeza de ese malvado chino para activar los poderes del altar ese o algo.
Y en ese momento ha llamado a la puerta la asistenta y me ha despertado y me he quedado sin saber cómo sigue.