Personalmente, hubo muchísimos pros, y también varios peros. En cuanto a los pros, las canciones del nuevo álbum suenan genial en directo. Me pareció un espectáculo mucho más maduro de lo que esperaba. Los visuals son preciosos, todo muy coherente y muy bien trabajado. Las bases que enlazan los temas, brutales. Ella está pletórica, guapísima, y a mi no me pareció nada falsa. El algunos momentos se le escapaba una sonrisilla, adorable. Casi dos horas de concierto que se pasan en un suspiro. Y es imposible no morir al ver Partition, Drunk In Love, Flawless o Blow en directo.
Pero el hecho de que el concierto sea más maduro, hace también que sea más contenido, menos espectacular. Ya no hay coreografías con mil bailarines, no hay canciones en las que ella se dedica a hacer gorgoritos interminables, no hay nada inesperado en el tracklist, ni volteretas en el aire. Y aunque hay cosas de las que no me importa prescindir, sí me hubiera gustado encontrarme más sorpresas.