No, vuelven a hablar de Sandra Barneda que demuestra una vez más ser lesbiana como le sale del coño, sin ocultación y sin darle relevancia (cosa que ha hecho que a la sociedad española se la bufe), mientras ensalzan el "Holi, soy bollera pero no me discrimines" de una señora a la que todo dios tenía olvidada y cuya vida nos interesa entre 0 y menos 1000.
Que oye, es su vida y por supuesto que tiene derecho a ser todo lo reivindicativa que quiera y a su manera. Pero cansa un poco la carga contra la Barneda por parte del lobby gay.