Por mí, el matrimonio es una institución a abolir, tal y como está planteado. Pero no creo que deba ser una petición de los amorsensuales, sino de la sociedad en su conjunto. Ahí estamos todos.
Ahora, no voy a caer en lo sieso y yo sí voy a celebrar que los maricones de pueblo se puedan casar y poner lista de bodas en el Corte Inglés o en Muebles El Chollazo. Una poca de alegría, nene.