Pues yo, #teamKilgore. Los morbos y las relaciones consentidas no los juzgo, pero en un contexto de pago económico por prostitución, evidentemente tienen otro matiz. Creo que la mirada moral la ponéis vosotros con respecto a lo "vicioso" del colectivo LGBT, y si fuera una trabajadora sexual a la que le hubieran grabado "PUTA" en la nalga no estaríamos teniendo este debate (denuncia falsa a parte, claro).