Creo que todos somos machistas, homófobos y xenófobos, obviar eso es una de las constantes en el problema.
La identidad es una construcción social y por tanto aprendida, de ahí que surjan crisis en el momento en que cualquier individuo se sale de la norma. Lo más doloroso de todo este proceso es que el primer rechazo es contra si mismo.
Las etiquetas no minimizan el problema, simplemente lo señalan y enfatizan y, por tanto, creo que pueden ayudar, aunque esto no significa que sean la solución y acomodarse en ellas puede ser todavía más peligroso.
Respecto a la pluma, gestualidad, performance... me ocurre igual en todos los casos, no soporto que se utilice como un modo de imponerse al otro, ya sea con comportamientos que se identifiquen con lo masculino o con lo femenino. Vamos que me da igual que vengas de rompebragas, machirula, reina o sapo...
Otra cosa que me preocupa es como interiorizamos los esteriotipos para atacarnos a nosotros mismo (la marica mala, la bollera borde, la tia traicionera....) y asumimos que la homofobia en el mundo gay puede ser saludable si se enfoca contra esos personajes... como si no hubiese gilipollas independientemente de su vida sexual...