"Si el feminismo cultural, el de este siglo, pretende entre otras cosas crear una red, una especie de hermandad entre mujeres, en la práctica las feministas son una jauría de caníbales viciosas1 que destrozan todo a su paso: nada queda en pie. Se pelean por protagonismo y por liderazgo, calumnian y difaman a otras mujeres simplemente por disentir, o para resaltar, o porque las víctimas de sus ataques son más guapas o escriben mejor, o tienen más followers en twitter. Entrar en el mundillo del feminismo es como encontrarse en un estado de perplejidad perpetua, y por más que gritas “Soylent green is people!” nadie te escucha."