Y yo sigo esperando a qué me digas cuándo me puedo apuntar al máster de "comunícate con normalidad por las redes sociales".
Que me digas que es cafre y gañana cuando tú te hartas de comentar culos por aquí, culos que por cierto, tal vez los dueños no saben que se han publicado en otros sitios que no sea su Instagram, me parece anecdótico.
Anda, quítate unos cuantos botones de la rebequilla que no te estiliza nada, querido. Y la vara de medir, pues bueno.
Ahora a una foto con las tetas colgando en una red social pública habrá que responder "qué delicia de pechos, si me permites la intromisión" y a la de un culo "delicioso albaricocca de la Toscana, si me permites el piropo".