Suena guay, tiene un punto de locura caótica en lo musical, no sólo en los arreglos orquestales tan juguetones (que se habían perdido un poco en el disco anterior y aquí vuelven x100), sino también en la forma de meter guitarras y baterías, que a veces parecen improvisaciones.
No lo he podido catar entero todavía, pero Ice Cream Piano (¡qué arranque!), Classical, Capricorn, de momento me están pareciendo buenísimas.