Muy hábilmente, la UER ha ligado el voto que pedía España (sobre la participación de Israel) a que no se aprobasen las nuevas medidas del concurso (que entre otras cosas, buscan evitar manipulaciones masivas como la de Israel en 2025).
Y como el grupo aprobó las nuevas medidas por mayoría aplastante -como era de esperar- pues el voto sobre la participación israelí se descartó.
Una jugada maliciosa y burda que espero persiga a la UER mucho tiempo.
Ahora la UER ha perdido el 17% de su financiación (y subiendo) y un porcentaje similar de audiencia, porque todos los países que se están retirando han anunciado que tampoco emitirán el concurso.
Portugal e Islandia podrían ser los siguientes en abandonar, y entonces habría que ver si los que se quedan pueden asumir la carga financiera adicional o también se bajan del barco.