Me_Adri Estaba claro que se venía récord. Y me imagino a Pablo Motos respirando hoy por la herida cuando haya visto las cifras.
Motos tiene que estar oliéndose que le va a pasar como le pasó hace años a Javier Sardá cuando llegó Buenafuente y se le comió la tostada. Se está resistiendo como gato panza arriba, está utilizando todas las armas de las que dispone (limpias y sucias también), pero al final está claro: la espontaneidad y la diversión blanca en La Revuelta dejan a El Hormiguero como un programa de cartónpiedra, que encima se ha metido en una deriva política cada vez más infumable.