Lo del bosque puede ser también.
Pero a mí me gusta seguir pensando en el club berlinés, y en teorías como esta, que traen bien de chisme:
Del otro análisis, no me cuadra lo de que sea ella la que ha roto el corazón de la otra persona. No me encaja con el resto de la narrativa del vídeo. Tampoco con la metáfora del azucarillo, que yo lo interpreto como la anulación de uno mismo siendo pura dulzura (inocencia incluso) y entregándose al otro hasta desaparecer (el líquido en el que se disuelve).