Pues espero que a la bici no le pase nada.
Lo de aprender a cambiar la cámara fue: Iba a casa de una alumna, pensando en que tengo que dedicarle un tiempo a la bici para apañarla -cambiar puños, sillín y pedales, limpiar a fondo la cadena... - cuando, sin previo aviso, un bordillo salvaje apareció, y contra el que me estampé, reventando la cámara. No me caí ni nada, pero era la ocasión propicia para haber hecho huevos estrellados en barra.