No es lo más. Ni horroriza, ni hace gracia, ni se considera una locura de su coño. Toda locura tiene su punto de genialidad y esto es tan solo una mamarrachada. Al menos las drags te hacen reir y Lucía Etxebarría sabe escribir. Esto no tiene nombre.
Que conste que yo nunca he sido especialmente hater con Gaga, al contrario, pero cuando hace una cagada... Que menos que reconocerlo.