Pues resulta que una vez en agosto me pillé un virus de estos de diarrea y yo ya me daba por curada así que retomé mi rutina normal.
Esa rutina incluía ir a darle clases particulares a un chaval a las 4 de la tarde (agosto, Sevilla). Total, que salí de mi casa con bastante tiempo porque la casa del chaval estaba lejillos (yo vivía en el centro, eso era en los Bermejales, para los que conozcan la ciudad) y no había llegado a la esquina cuando me dio un apretón. Corriendo como podía, a lo chiquito, me volví a mi casa y cuando llegué al portal me di cuenta de que me había dejado las llaves y no había NADIE.
Sevilla, 3 de la tarde, agosto, todo cerrado, yo andado como chiquito buscando una cafetería o algo, cuando conseguí llegar a una ya me había cagado, me pedí una manzanilla para disimular y me fui al baño a intentar arreglar aquello y me lavé como buenamente pude. Las bragas tuve que tirarlas y encima me tuve que coger un taxi porque ya llegaba tarde. Creo que ese día al final perdí dinero en vez de ganarlo casi.
Le di las clases al chaval (sin bragas y con un apuro horroroso porque llevaba un vestido corto) y me fui al corte inglés a comprarme unas bragas (y porque hay váter) y a esperar en la plaza que hay enfrente a que mi abuela volviera de la piscina (porque no tiene móvil) y se bajaba del autobús ahí, hasta casi las 10 de la noche no apareció la señora.
Creo que no me he sentido más desgraciada en mi vida.
Fin.