Un día bajando de la uni me empezaron a dar unos apretones de flipar en el bus, pensaba que me cagaba allí mismo.
Iba pensando en que cafetería me quedaba a mano según en la parada en que bajase.
Al final aguanté como un campeón, llegue a casa, me senté en el trono y ni un mísero ñordo.
no se que era pero dolía que flipas.