Yo amaría que el próximo disco de Björk fuese superpuro, que se dejase de analogías y conceptos extraños y que hablase de ELLA.
Si tiene que ser un disco triste porque está pasando una madurez triste, que lo sea. Si tiene que ser un disco optimista porque encara su madurez con felicidad, que lo sea.
Y el artwork debería dejarse de pelucas y vestidos raros, y salir ella tal como es, sin complejos ni disfraces.
Y volver un poco al pop o más clasicote aunque sea, sería una manera genial de cerrar el ciclo Vespertine-Medúlla-Volta-Biophilia-LP9.