Madonna iba disfrazada y con un punto ridÃculo, pero la prefiero mil veces a gente como Sarah Jessica Parker, que es el ejemplo perfecto de lo que la industria quisiera que Madonna fuese.
Nadie la criticará nunca, porque es de las favoritas de Anna Wintour y porque engañó a medio planeta tierra con su serie, haciendo creer que una fea puede ser guapa sólo por llevar Louboutins. A mà me resulta una tÃa absurda, gris, y cuya percepción de la moda está más cerca del Rey Midas que de alguien innovador y en tendencia.
Prefiero que Madonna sea Madonna y de que hablar por enseñar las tetas y el culo a que se dedique a "ir guapa para la edad que tiene" o a "saber envejecer dignamente".