¡Uf, novelón!
Dinarama estaba finiquitada (por ahí seguirá colgada la anécdota de cuando se quedaron Olvido y Nacho solos en un bolo y el resto se fue a pillar). Los arranques egocéntricos de Berlanga no daban para más, se iba, luego no, luego se iba y no quería que tocasen "sus" canciones (policía interviniendo incluso). El catálogo de la movida imposible. A su vez, Nacho, Carlos y Olvido ya andaban tonteando en las raves, las fiestas acid y los intronautas del copón. Mucha Teresa de Jesús y Marco Aurelio pero Alaska le dio por leer a Huxley y a Escohotado ...hasta aquí puedo decir.
Dejaron tranquilito a Carlos, se vieron resignados a hacer nuevas composiciones y ya la movida era un zombi tipo TWD, tenían que cambiar el rollo sí o sí. Alaska, que le daba a los viajes a Londres lo que Carmina Ordóñez a Marrakech, vino imbuida de la escena tecno, de los clubs y de la producción. A su vez, como quedaron solo los dos tenían como referente a los PSB. Siguieron en Hispavox. "Salto Mortal" fue un disco maldito, era muy bueno, pero la discográfica se negó a darle promoción por unos follones en los que se picaron por elegir otra sala de grabación. Los mánagers parece ser que tampoco ayudaron mucho (Ana y Pito). Sacaron el primero de Vulcano y más de lo mismo, la compañía es absorbida por WARNER y sacan el segundo porque lo tenían contratado antes de la absorción. Ipso facto les dan la patada. Se meten en otros negocios (sala morocco, spicnic, los estudios Vulcano, el Vulcano3...) acaban con Ana y Pito. Sus negocios se hunden (un poco, es cíclico) y echan de menos volver a ser mainstream, pero esto es lo que hay, chicos. Indis por resignación...
Un sello independiente, Subterfuge, los contrata. Le he oído comentar a Alaska que sentia que parte de ese interés de Subterfuge por Fangoria radicaba en pegamoides (el recopilatorio mundo indómito) La verdad es que estaban ya hartos del DIY (club fan fatal incluido) Les dan canciones, les producen discos, y allí el encargado de prensa (un chico llamado Mario Vaquerizo) les anima a empezar a girar fuera de Madrid. Vuelven a ser conocidos, vuelven a tener el reconocimiento de la crítica (porque había un sector que estaba que no cagaba con Carlos Berlanga y a estos ni caso). La venganza, dulce venganza, sucede cuando saltan de Subterfuge y los contrata DRO, que es subsidiaria de Warner, la que los puso de patitas en la calle. Se llevan a Mario, como manager personal del grupo. El resto es historia mainstream y pelotazo de cuarenta principales, así que es conocido por el gran público.