Yo es que creo que la gracia de estas dos es precisamente que no hay aspiración musical alguna, ni melódica, ni estética. Hacen esto más por el punto absurdo de salir ahí y cantar cosas como Cosas Negras a gritos, ganar cuatro chavos, y luego quedarse de fiesta donde sea y tener copas gratis.
Eso sí, cuando se les cuela algo de mensaje en sus canciones -HDA y Señoras Bien- asoma algo de potencial -más como letristas que como intérpretes. Pero de ahí a juzgarlas como si tuviesen un departamento de márketing detrás... pues no sé.
Son un fenómeno raro, perecedero y entretenido. Y ya.