Me llamó la atención que empezase con un segmento de baladas y que el segundo bloque pareciese el verdadero inicio del concierto. Dio la sensación de que quería ganarle 15 minutos al atardecer para empezar el show a lo grande cuando estuviese un poco más oscuro.
Sobre el concierto, pues me pareció ok. Coincido que sólo era para fans, y que más que arengar a su público, iba de transmitir un mensaje sobre empoderamiento queer negro que probablemente resulte más impactante o necesario en Estados Unidos que aquí.
Agradecí que recuperase no-singles y alguna rareza, pero también pienso que el setlist muchas veces no daba margen al entusiasmo colectivo, y muchas de las canciones, por su sutileza, no le sentaban del todo bien a la acústica del recinto. 'I Care' podría haber sido monumental, y yo la escuché apagada.
El cierre me dejó perplejo para mal: aparecer subida en el caballito flotando por los aires, con despliegue de bailarines y pirotecnia, desenterrando a Donna Summer para NADA, y terminando con una canción que tendrá su gancho y tal, pero como cierre es una opción muy discutible.