Últimamente el gimnasio es un horror. Los precios súper populares han hecho que se llene cosa mala. He optado por venir a horas menos masificadas, pero aún así tengo que pagar el pato de tanta gente y tan maleducada. No hay pesas en su sitio, están todas repartidas por las máquinas. O están agrupadas sin orden ni concierto. Así que toca vaciar la máquina, dar vueltas a ver dónde pones los discos y dónde están los que necesitas.
En parte el problema también es que no hay un lugar localizado dónde organizar los discos en orden. Aparte de que la gente es la mierda.