Jo, la verdad es que… creo que es un buen disco, pero esta vez las melodías tienen cero intención de hacer click a la primera, lo que es una novedad en Lana. El mejor ejemplo es Margaret, que parece una introducción muy larga a algo más rítmico a la que, justo cuando va a empezar, le calza un fade out y te deja con el culo torcido.
Diría que es un disco de letras e instrumentación, mucho más que de canciones. A ratos parece que la melodía está forzada, como obligada a pasar del spoken word a la música por imperativo (Fishtail).
No tiene potencial de mejor disco, desde luego no es el peor. Veremos adónde nos llevan las escuchas.