Payos y gitanos con talento que se han quedado en el tablao de su pueblo, en la sala de conciertos de su ciudad, en un local de ensayo, tocando el violín en la calle o en la fiesta de fin de curso del conservatorio hay a cientos, a miles. Dedicar tu vida a la música, al baile o a lo que sea y no conseguir vivir de ello afecta a todos.