Yo con 10 años bajando de un autobús después de que mi madre hubiese discutido con el conductor por las velocidades a las que iba. Pues se bajó mi madre, me fui a bajar yo con mi mochila y el tío cerró las puertas conmigo ya fuera y mi mochila dentro, pillada. Pues arrancó y allí que me fui colgando, con mi madre gritando: ay hijo miooooooooo, ay mi hijoooooooooooooooooooooooooo! Obviamente, fueron metros, pero todavía me acuerdo del paseíto.