Cuando rodaba en 1986 'Blue velvet', a Lynch se le puso en las narices que quería la canción de Vinton en la banda sonora. "Demasiado caro", le dijo Dino de Laurentiis. Bueno, pues para eso tenía Lynch a Angelo Badalamenti, que se marcó una cuasicopia instrumental. Luego se invitó a Bobby al estudio para regrabar las voces, y adiós a los leoninos derechos de autor.
Problema: resultó que Vinton, ya cincuentón, era incapaz de llegar a los agudos, así que Baladamenti tuvo que bajar todo un par de tonos. Se repitieron y repitieron tomas, pero entonces Lynch empezó a torcer el morro: aquel no era el terciopelo azul que él quería (y lo quería para envolver la noche).
De Laurentiis no dudó. Se imaginó una nueva catarata de neuras del director y cortó por lo sano: aflojó la pasta por la versión original y a correr.