Empezó tomándose la libertad de dar un concierto enterito pertrechada detrás de unas plantas. Le sudó el coño que los que habían pagado la entrada apenas le vieron la cara. Quiso ir un poco más allá y se le ocurrió que usar máscaras de mariposas, vulvas e insectos contribuía mucho mejor a este juego este de no dejarse ver. El siguiente paso es este de salir disfrazada de coral, bacteria o ñordo cavernoso bien puesto de ácido.