No eres un artista grande hasta que no te acusan de plagio, apropiación cultural o le mandas puyitas a tus ex en forma de canciones de forma más elegante que la gran Taylor Swift. Ergo, Alfred ya es un grande.
Plagio es lo de Suecia en el año 2001 en Eurovision, demostrado, juzgado y condenado; no inspirarse en Calamaro, Bon Iver, Leiva, Harry Styles o Shawn Mendes, influencias que dan como resultado temazos como Wonder, Let me go, Lo que te puedo dar, Madrid o La ciudad.
Que os burléis de sus letras teniendo letras de canciones como Teléfono, Ni la hora, Corazón vendio o el pastiche aquel de Raeioul es para que se os caiga la cara de vergüenza.
Mi opinión personal? Uno de los mejores discos de este año junto a El mal querer y Loveaholic.