La expo tiene buena pinta, y la comparación con Zurbarán, Murillo y otro pintor que no recuerdo el nombre, aunque facilonas, son pertinentes.
Para la pintura barroca el bodegón es un genero clave, hay muchas cosas que se cruzan: la voluntad de trascender los límites de la pintura (y de los géneros clásicos), la reflexión sobre el propio carácter de la pintura que en muchos casos se convierte en un juego de metalenguaje, etc. Para esto es necesaria la técnica realista que se pone de moda en la época por muchísimas razones, una de ellas por la necesidad de crear un arte que permita al espectador experimentar visiones sagradas a la manera de los santos que ven a Dios o a la Virgen (aunque no solo, es más complejo). El bodegón, tan inofensivo como parece, es uno de los ancestros de la revolución pictórica que desemboca en las vanguardias históricas de principios del siglo XX.
También es cierto que es intrínseco a la cultura barroca añadir un significado más a lo aparente, y que pocas es solo un bodegón. Pero empieza siendo un bodegón y luego permite hacer una lectura. No sé si me explico.
A mi varios cuadros hiperrealistas (no todos, en esa expo hay cuadros que me parecen increíbles y otros que no me dicen nada) me emocionan porque me estoy enfrentando a un objeto manufacturado por un lado, con ese aspecto artesanal de la pintura resabida, pero a la vez no deja de ser una interpretación porque pocas veces son como fotografías. Siempre hay un velo por encima, algo en la pincelada que imprime un carácter diferente (lo mismo me pasa con Velázquez, aunque él me gusta por mil motivos más aparte de eso). El bodegón y el hiperrealismo son reflexiones sobre el acto de pintar. El tema deja de tener importancia, o si la tiene es un añadido, y por lo tanto se acerca más a un objeto que a un cuadro de historia.
Esto que he escrito son mis ideas sin haber leído nada. Lo mismo me pongo a leer y veo que Antonio López quiere hacer una fotografía tal cual y que piensa que los bodegones barrocos solo le gustan a las feas.
Estos bodegones me parecen sublimes:
Sánchez Cotán:
Zurbarán:
Chardin:
Y este último, uno de los más grandes pintores de bodegones, tiene esta obra en la que se burla de los pintores que, como monos, imitan sin saber lo que hacen. O sea, los pintores que copian sin reflexionar, sin crear:
