El sábado tuve ocasión de ver en concierto a Amaia en el Mobofest, un festival en Porreres, un pueblo del centro de Mallorca, cuyo formato es pequeño y familiar y te permite disfrutar de los conciertos a poca distancia del escenario.
Ésta ha sido la 4ª vez que la he visto en directo y creo que es la que más me ha gustado. Su tercer disco ofrece melodías algo más complejas que sus dos predecesores y el traslado al directo es excelente y no hace más que mejorar sus canciones con unos arreglos que erizan los vellos.
Por una cuestión de horarios del propio festival, Amaia dispuso de 1h y 15min para desarrollar su show, por lo que algunas canciones habituales de su repertorio se quedaron por el camino pero eso no hizo que no pudiésemos disfrutar de las que sí cantó.
Si bien el público coreó masivamente M.A.P.S., Tengo un pensamiento o Quedará en nuestra mente a todo pulmón, creo que donde realmente se consiguió la magia fue en Ya está, en Yamaguchi y en Despedida. Ponía la piel de gallina sentir el silencio que se creaba, especialmente en Ya está, donde daba la sensación que todo el mundo aguantaba hasta la respiración por no hacer ningún ruido que pudiera romper esa intimidad colectiva.
Sin duda, y por mucho que se diga, lo de Amaia es talento (y mucho trabajo) en estado puro.