A mí lo que me parece es que esta película es un guantazo contra las expectativas que todo el mundo tiene o ha tenido con su comportamiento y sus obras. Siempre se ha tratado a Almodóvar como un señor soberbio: "Mira, le han dado un Goya y ni se ha dignado a recogerlo pero se le ha visto de copas esa misma noche" o como "ese señor extravagante con talento que hace lo que le da la gana".
Y después de la película se puede llegar a entender mucho mejor por qué no fue o por qué no irá. Ha sido muy inteligente y valiente por su parte exponerse de tal forma, y así desmitificar un poco las típicas asociaciones de éxito y fama con felicidad, estabilidad emocional y compañía. Y como pueden convivir las drogas, la religión, el ateísmo, el deseo y el dolor sin que la gente alce las manos al cielo por incongruente o contradictorio, porque el ser humano es así; un manojo de contradicciones que a veces ( o siempre) van de la mano.